Martín (Hacha)
(Producción para Literatura. Tema: El hambre.) Era tarde en la madrugada cuando Martín logró sentir que se encontraba calmado. Se dirigía al lugar donde hay solo verde, a respirar la felicidad visible.
Luego de un rato de haber estado acostado sobre el césped mullido, comenzó a oír música, pero se escuchaba algo apagada. Siguiéndola, consiguió enocntrar una gran cabaña detrás de unos árboles. De allí venía, pero era horrible... voces desafinadas y nada melodiosas de personas, muchas personas que increíblemente eran todas bellísimas. Al verlo en la ventana enloquecieron, ya que él también era absolutamente bello, La perfección de sus rasgos fascinó a estos hombres quienes le rogaron sea su eje, su líder. Explicaron que eran la Secta secreta de la Eterna Perfección, alegando ser hijos del incesto entre Apolo y Afrodita. Al escuchar todo esto, Martín tomoó un hacha de una pared y , bailando desaforadamente, mutiló y asesinó a todos sin mirar, emitiendo un grito que hizo ignición en el bosque.
Y, sentado sobre su obra, se relamió la sangre de las manos. Ël era el centro de un enorme abanico circular de carne mutilada; como una magnífica corona, cubieta de rubí y ópalo.
Antes d morir extasiado delineó formas imposibles en sus pieles y cantando los devoró. Martín siempre había odiado la vanidad de las personas; pero, esta vez, amaneció feliz.
Luego de un rato de haber estado acostado sobre el césped mullido, comenzó a oír música, pero se escuchaba algo apagada. Siguiéndola, consiguió enocntrar una gran cabaña detrás de unos árboles. De allí venía, pero era horrible... voces desafinadas y nada melodiosas de personas, muchas personas que increíblemente eran todas bellísimas. Al verlo en la ventana enloquecieron, ya que él también era absolutamente bello, La perfección de sus rasgos fascinó a estos hombres quienes le rogaron sea su eje, su líder. Explicaron que eran la Secta secreta de la Eterna Perfección, alegando ser hijos del incesto entre Apolo y Afrodita. Al escuchar todo esto, Martín tomoó un hacha de una pared y , bailando desaforadamente, mutiló y asesinó a todos sin mirar, emitiendo un grito que hizo ignición en el bosque.
Y, sentado sobre su obra, se relamió la sangre de las manos. Ël era el centro de un enorme abanico circular de carne mutilada; como una magnífica corona, cubieta de rubí y ópalo.
Antes d morir extasiado delineó formas imposibles en sus pieles y cantando los devoró. Martín siempre había odiado la vanidad de las personas; pero, esta vez, amaneció feliz.
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